


Recital
Paisaje de colores
La extensa región del Orinoco es una llanura que comparten Venezuela y Colombia, su hermoso río es quien divide las dos naciones hermanas, que en su expresión cultural, se presentan como un solo folklor, una sola y única música llanera que lleva tres grandes bloques dentro de su desarrollo; el primero de ellos es la tonada que el personaje cotidiano (campesino y/o vaquero) canta para narrar historias de sus vivencias y al hermoso paisaje, recreándolo con poemas y con otras historias, este es el caso de temas como “Clavelito colorado” y “Flor de mayo” de Simón Díaz y Otilio Galíndez.
En el segundo género tenemos el vals pasaje y el ritmo de pasaje llanero, donde se le canta a la mujer, al amor, a la vida y a muchos otros temas, entre los pasajes encontramos a Georgina Hassan canta autora Argentina quien nos comparte los temas; “Como respirar” y “Décimas”, “Garceros de soledad” es un pasaje del maestro Luis Lozada y “El regreso de las lluvias” de Armando González.
El tercer género son los golpes fuertes para el baile, el contrapunteo y las coplas; tenemos ritmos como merengue venezolano en el tema del Becerrito de Simón Díaz.

Los Andes son un bello sistema montañoso que atraviesa toda Sur América de sur a norte y que es compartido por la mayoría de los países conocidos entonces como: “países andinos”, en Chile encontramos las cuecas, que son un ritmo muy primordial y representativo de su folklor, en el tema: “Décimas” de Elizabeth Morris encontramos un bello ejemplo.

Llegamos a Colombia con los bambucos que son un ritmo del interior, entre estos escucharemos “A Cambio”, la “Fantasía en 6/8” y “El pueblo” de Martha Gómez. Los pasillos son una expresión del folklor colombiano y su desarrollo empezó en 1800 como baile de salón en las familias neo- granadinas, hoy en día es poseedor de una riqueza tanto rítmica como expresiva, valiéndose de diversos instrumentos, aquí presentamos “Amo”, “Esperanza” y “Vino tinto”

Como puente entre el Pacífico y el Golfo de México, la región del Istmo es también un legado de huaves, zapotecos y zoques que comparten los estados de Tabasco, Chiapas, Veracruz y Oaxaca, de donde proviene el son Istmeño de Andrés Henestrosa “La Martiniana”, que contrasta el sabor de la voz con los sabores del violín, el cuatro llanero, el bajo y el cajón flamenco dando una propuesta diferente pero que busca mantener su expresión dentro de lo tradicional.Viajando hasta el norte, llegamos a tierras Sonorenses, a "La Perla del Mar de Cortés"que deja ver el legado español en sus "habaneras" como "la Barca de Guaymas" y "Hay unos ojos" de Rubén Fuentes
